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Mostrando entradas de febrero, 2021

Novata

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La noche estuvo agitada, el mar violento, quizá fue la luna, se pueden burlar, pero soy una ballena novata. La paz que había experimentado este tiempo me abandonó por unos instantes y le cedió su lugar a la angustia. Me pareció ver algo que no había contemplado, una red. Creí que ya no cazaban ballenas, que el aceite había dejado de ser útil y ahora el petróleo era lo valioso u otras fuentes de energía, además recuerdo que la principal causa de muerte de los cetáceos era por chocar con los barcos y hasta el momento no me he topado con alguno. Por más que intentaba alejarme de la red más me enredaba con algas que había a mi lado, pero ¿cómo eso era posible si soy de los animales más fuertes de este reino marino? Quizá es tiempo de dejar de pelear, de rendirme, sabía que no podía durar mucho tanto bienestar, tanta calma, tanto gozo, voy a extrañar tanto a mi amada profundidad… toma océano agüita de lágrimas de ballenita terrenal… Y desperté de golpe, menos mal que las ballenas

Ballenatos y vallenatos

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Hace poco mientras dormitaba me encontré una colega marina con su cría, se miraban felices; yo solo observaba a distancia y jugaba con las ondas del agua, las algas, este movimiento que parece una caricia a ratos y otras un baile, un meneo, un arrullo. Ella se dio cuenta que disfrutaba de verlos y me preguntó si tenía un ballenato. Sonreí y le respondí que lo mío eran lo vallenatos. No comprendió mi referencia porque desconoce mi metamorfosis pero moví mi cola y mis aletas, canté al tiempo del ritmo de la cumbia y mis vecinos armaron una fiesta marina. “Dame una sonrisa para ser feliz…”

Destello

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Habitar en las profundidades me ha resultado satisfactorio, he encontrado una parte de mí que desconocía, a veces animosa y juguetona voy un poco más arriba y logro ver los destellos del sol, quizá pronto me asome a dar una miradita, por ahora me recupero disfruto la paz de este interior marino.

Majestuosa

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Toda una tarde de encierro en casa, de encierro mental, de ponerme los audífonos no para disfrutar la música sino para tapar el ruido de los demás. Llegó la noche y aunque quisiera irme con Morfeo lo antes posible paso de un canal a otro, ni siquiera termino de de ver un capítulo porque ya estoy mirando el móvil y así se me va la vida. Pero de pronto ya no estaba entre mis cobijas, la atmósfera era diferente. No me importó porque creí haber caído en un sueño pero me di cuenta que algo que estaba más tranquila, me sentía libre. Paz, mucha paz, incluso me atrevo a decir que algo de gozo. La que se había acostado esa noche ya no era yo, o era yo en otra versión, una que no conocía. Con precaución fui reconociéndome poco a poco y me di cuenta que no era un sueño en lo que había caído sino en las profundidades del mar. Ahora mi cuerpa era la de una ballena, una ballena azul que con toda facilidad se desplazaba en el agua, sus aletas y su cola dej